Los discos duros tradicionales o HDD (hard disk drive) llevan décadas acompañándonos, pero en los últimos años han aparecido unos terribles compañeros de batalla: son los SSD, unidades de estado sólido (del inglés solid state drive) que han traído consigo importantes ventajas sobre los primeros... y también algunos inconvenientes, claro.
A efectos prácticos, los SSD son notablemente más rápidos que los HDD, del orden de cinco veces más según nuestras propias pruebas. Los SSD son capaces de transferir información a una velocidad de hasta 500 MB/s, mientras que los discos duros tradicionales suelen ofrecer unos 100 MB/s, muchos modelos incluso menos.
Otro punto importante es que la velocidad de acceso a los datos, es decir el tiempo que se tarda en encontrar un dato, es mejor en los SSD: entre 0,05 y 0,23 milisegundos, frente a los entre 7 y 16 ms. de los discos duros mecánicos. Por supuesto cuando menor sea el tiempo de acceso mejor será para nuestros intereses, y desde luego la diferencia es significativamente amplia.
Más información: Xataka
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